EXPERTO ANALIZÓ LA INGENIERÍA DE TSUNAMIS PARA APLICACIONES PORTUARIAS
Ponencia en SIOP 2018 recorrió distintos ámbitos, entre ellos la historia de terremotos desde 1985 hasta el último de 2010, lo que se ha hecho y lo que falta por hacer.
TALCAHUANO, 9 DE NOVIEMBRE DE 2018.
Dentro de las temáticas más destacadas en el SIOP 2018, estuvieron aquellas referidas a los tsunamis, tanto en temas de detección, fenómenos ocurridos en Chile y otros puntos del mundo, y análisis de riesgo para las industrias, entre otros puntos.
Una de ellas la realizó Patricio Winckler, académico de la Universidad de Valparaíso, investigador de la Escuela de Ingeniería Civil Oceánica, quien expuso en varios ámbitos, entre ellos lo relativo a Ingeniería de Tsunamis. “Cuando diseñamos en la costa, tenemos algunas variables importantes que hay que considerar de cara al diseño de un sitio de atraque, desde las embarcaciones, el oleaje, el sedimento, y el tsunami es una de las tantas cargas que tenemos que considerar. Desde el 2010, el estudio de los tsunamis ha estado orientado a salvaguardar la vida de las personas y algunas cosas se han hecho en términos de ingeniería de tsunamis, pero es un entorno en el que debemos plantearnos: donde hay grandes embarcaciones, objetos flotantes de diferentes naturaleza y ciudades y hay que pensar cómo resolvemos la interacción de un tsunami desde el punto de vista de la ingeniería”, explicó el profesional.
Entre los distintos modelos de análisis para revisar y estudiar los tsunamis, está el de ruptura. “Una subsidencia del terreno por efecto del modelo de ruptura. Una subsidencia después del terremoto genera un aumento del calado, y en ese sentido es benéfico, pero puede darse el caso que el terreno se levante, dependiendo mucho de la distancia a la costa y ahí tenemos problemas de reducción de calado, producto del movimiento tectónico. Si el terremoto es muy profundo, se genera un levantamiento, con complicaciones al calado portuario. Si el terremoto comienza a alejarse, llega hacia la fosa tenemos mayor capacidad de generar tsunami, pero en contraposición tiene mayores efectos sobre subsidencia. Estos elementos debiesen ser considerados de cara al diseño de una obra marítima durante su vida útil, que muchas veces pueden ser decenas de años, incluso más”, comentó.
Los modelos hidrodinámicos
“Un ejemplo, de la Bahía de Quintero, que es muy típico de las máximas estimaciones o velocidades que se pueden calcular de un modelo numérico de onda larga. Las velocidades son importantes porque definen las fuerzas de arrastre, y la combinación de velocidad con profundidad nos permite estimar el momento total de flujo sobre la estructura. Se pueden hacer cosas específicas como por ejemplo tomar el punto de control y calcular desnivelaciones, velocidades de direcciones de cara a calcular la fuerza. Una planta (industrial), debe ser vista de manera integral. Uno puede diseñar el muelle contra terremotos y tsunamis, pero hay que analizar cómo son los flujos de esas plantas de forma tal que no haya posibles, que eventualmente, no obstaculicen la continuidad del servicio después del terremoto” agregó.
En algún momento, estos modelos que eran bastante áridos, nos pidieron visualizar esto, y hacerlo de manera más simple para que un tomador de decisión entendiera qué es lo que pasa.
Un punto a tener en cuenta, según Winckler, es el relativo a los objetos flotantes existentes en los alrededores. “En las instalaciones industriales, hay objetos flotantes y creo que se debiese propender a definir protocolos de acopio de ellos, especialmente durante tsunamis, protocolos de evacuación, en zonas, como San Vicente, Mejillones, Quintero, etc. La reflexión es que podemos incorporar más física, tener modelos más complejos, por ejemplo, basarme en un modelo que permite ver el movimiento del entrepiso, o del piso superior, modelos que ven la interacción de las losas y las columnas”. De igual modo sentenció que se pueden tener los mejores modelos, “pero nunca vamos a ser capaces de reproducir la realidad”.
Un poco de historia
Winckler comentó en su ponencia que en el año 1985, tras el terremoto de la zona central de Chile, se cambió la forma en que se diseñaban los muelles, empezaron a implementarse normas y diseños sísmicos para resistir los terremotos. Para los tsunamis, sólo se consideraron a partir del 2010. “Antes del 2010, creo que el 2000 hicimos estudios para Gas Atacama, en Mejillones, que tenían un sifón de captación y querían reforzarlo contra tsunamis. Entonces había súper pocas experiencias, pero después del 2010, las empresas empezaron a hacer esto de manera mucho más sistemática, pero no es obligatorio. En el fondo, dice relación con el riesgo que está dispuesto a asumir una empresa, ellos toman las decisiones”, puntualizó.
“Ahora lo que yo creo que debiera pasar es que se debiera normar como los terremotos. Desde el año ´39 hay una evolución de los códigos sísmicos y en algún momento, éstos pasaron de generales a específicos o especiales para instalaciones industriales. O sea, tienes de diseño específicos para edificaciones y para industrias, pero la normativa para tsunamis es muy incipiente y es para edificaciones, nada se ha dicho de cómo diseñar estructuras anti tsunamis. Deberíamos empujar hacia allá” indicó el conferencista.
Principales recomendaciones
“Lo primero sería que tienen que analizar el flujo de la carga y de los servicios que se dan dentro del puerto y desarmar para entender cuáles son las zonas frágiles, en el fondo, hacer un estudio de vulnerabilidad, lo que se hace de manera normal, ver hasta dónde revienta la ola, la amenaza, el proceso físico; pero distinto es cómo reacciona tu sistema. Y para lograr esto debes conocer a cabalidad tu sistema en un contexto de emergencia. Eso lo hemos hecho varias veces. Cuando agarramos la planta completa y empezamos a decir qué es lo que ocurre con el tránsito de la carga, la tensión del buque y vas desmenuzando y vas viendo, por ejemplo, en esta unión con este tanque no hay ningún sistema que te permita aguantar la fuerza de un tsunami, entonces eso tiene que ser reforzado”.
Otro punto también se aplica para los buques, “cómo hacer que el buque zarpe rápido, por lo que necesitas dispositivos especiales, que se suelten automáticamente, al final son detalles súper chiquititos que te permiten reducir la vulnerabilidad del sistema. Como en concreto, lo principal es entender y conocer cómo funciona el sistema, llevémoslo a un caso de crisis y veamos cuáles son los puntos vulnerables y ahí definimos jerarquías” finalizó el profesional.